¿QUÉ TAL IRÁ ESTE NUEVO CURSO? LA IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS DE ESTUDIO
¿También te pasa a ti que con la llegada del curso escolar te vienen preocupaciones? Algunas de las más comunes suelen ser: “¿Qué tal irá este curso?”, “¿Será como el anterior o más difícil?”, “¿Tendrá los mismos profesores?”, “¿Irán bien las notas?”, “¿Cómo vamos a hacer para que se ponga a estudiar?”.
Si te sientes identificad@ con estas dudas, es normal, nos pasa a todos. La vuelta a la rutina puede ser dura y hay que dar un tiempo para readaptare a ella. Cada persona es diferente y, por tanto, los ritmos de nuestros hijos también lo son. Tengamos esto en cuenta para poder ayudarles e ir adaptando juntos el proceso de establecer nuevos hábitos (o recuperar los antiguos de antes del verano) a la realidad de cada uno.
A continuación, te vamos a dar algunos consejos de la parte práctica que, si no has probado o no te habías plantado hasta ahora, igual pueden ayudar a darle algo de estructura al caos de la vuelta a la rutina.
Para que un curso sea lo menos estresante posible para los niños -y a veces también para los adultos-, es necesario implantar desde el primer momento unos buenos hábitos de estudio. Esto ayudará a que, en los días que les cueste más ponerse, lo hagan con un poco menos de esfuerzo. Aun así, teniendo en cuenta lo que planteamos en los párrafos anteriores, es normal si no ocurre todo de golpe…está bien dar algo de tiempo e ir introduciendo nuevos elementos en la rutina poco a poco (y no olvidemos que la paciencia puede ser un gran aliado en todo este proceso para nosotros como principales acompañantes de los más pequeños de la casa). Algunos hábitos que pueden ser clave para ayudar a nuestros hijos en el día a día, son:
Acotar y organizar el espacio de estudio
Para maximizar la productividad, es necesario delimitar el espacio en el que vamos a estudiar (tener una habitación, un escritorio o un lugar específico destinado para los deberes). Asimismo, nos debemos asegurar de que sea un lugar lo más tranquilo posible y que esté ordenado para que no haya distracciones. Además, es bueno que le de la luz solar y aprovecharla cuanto sea posible. Si hay que estudiar de noche, tenemos que tener un buen foco que ilumine bien para evitar dolores de cabeza.
Es importante recoger la mesa una vez hayamos terminado, para que al día siguiente la volvamos a tener limpia y ordenada, y para generar la sensación de “cierre”, de que hemos terminado y podemos pasar a la siguiente actividad que tengamos a continuación.
2. Establecer una rutina con descansos y ejercicio
Tener un horario constante para despertarnos, estudiar, descansar, jugar, actividades extraescolares, comer y dormir nos va a ayudar a que tanto nuestra mente como nuestro cuerpo se ajuste a un ritmo regular.
El descanso mejora la eficiencia y eficacia en el estudio, ya que incorporar periodos de desconexión nos permite estudiar y rendir mejor. Recuerda: ¡SOLO ESTUDIAR Y SOLO HACER DEBERES NO ES LO IDEAL! Aunque haya quienes puedan pensarlo así, lo cierto es que más hora de estudio no se asocian con mejores resultados. Y esto aplica para niños y adultos. El tiempo de juego y descanso es necesario y beneficioso para todos.
Por otro lado, el ejercicio/deporte también tiene beneficios tanto cognitivos como físicos, ya que librera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Además, aumenta el flujo sanguíneo que mejora la concentración.
3. Planificar con anticipación
Una buena planificación nos va a ayudar a lidiar con el estrés de una mejor manera y nos garantiza cumplir todas las tareas y responsabilidades. Para poder llevar una buena planificación podemos usar agendas, calendarios mensuales y semanales o aplicaciones.
NOTA IMPORTANTE: para que la planificación funcione hay que intentar ser REALISTAS, por lo que a veces hace falta un trabajo de ajuste de expectativas en este punto. Así que, si te surgen dudas en este sentido, no olvides que esto es común y también nos pasa a tod@s. Aquí estamos para ayudarte si lo necesitas.
4. Alimentación equilibrada
La dieta equilibrada es también fundamental a nivel cognitivo, emocional y físico. Es necesario consumir alimentos ricos en nutrientes, mantenerse bien hidratado, tomar azúcares como los que se encuentran en los cereales o frutas y evitar los alimentos procesados en la medida de lo posible.
Ahora que ya tienes algunas ideas más claras, ¿Te animas a intentarlo? Si te resuena lo que te planteamos aquí, puedes empezar a probarlo, a ver qué tal te va. Y recuerda, los hábitos nuevos no se instalan de un día para otro, así que quizás una buena forma de hacerlo es ir implantando uno cada semana. También se te puede ocurrir algún otro que no te hayamos sugerido en los párrafos anteriores. Si es así, estaremos encantadas de que lo compartas con nosotras.
Aun así, y con todo lo anterior, sabemos que el inicio del curso no es fácil y que pueden surgir muchos contratiempos, por lo que queremos recordarte que pedir ayuda siempre es una opción!
Recuerda...
NO ESTÁS SOL@!
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