¿Cuál es tu teoría sobre el amor? ¿Es la correcta?
Desde pequeños, a través de nuestros primeros vínculos, vamos aprendiendo lo que significa querer y que nos quieran. El modo correcto de tener “éxito” en las relaciones. Y vamos formando nuestras propias teorías de cómo funcionan. Teorías que se convierten en expectativas hacia el otro, y su forma de comportarse con nosotros.
Mientras esas expectativas se cumplan, todo va como la seda, pero, ¿qué pasa cuando esas expectativas empiezan a frustrarse?“Mamá, me encanta jugar con María, siempre lo pasamos muy bien y jugamos juntas”“Pero ayer, María me dijo que prefería leer en vez de jugar conmigo, y me decepcionó mucho.”¿Eso significa que María ya no me quiere? “Como ella prefiere leer, yo voy a buscar a otros amigos que me hagan más caso.” Esta peque, está empezando a elaborar una teoría sobre las relaciones, donde, o te comportas como yo espero (cerca de mí, de la forma en que yo imagino) o prefiero irme de tu lado.
A mí esto, también me ha pasado. No existen muchas diferencias en el mundo de los adultos, por mucho que queramos haber evolucionado desde niños. Las teorías no son malas, son un intento de nuestro corazón de intentar conocer el mundo y hacerlo más predecible. Sin embargo, pueden ser un problema si entran en conflicto con la realidad de nuestras relaciones. Así que vamos a reflexionar un poco.
¿Conoces tu teoría sobre el amor?
Escoge 3 palabras que simbolicen para ti lo que significa querer y que te quieran. Esto es muy personal. No existen respuestas buenas o malas. Sólo las tuyas.
Por ejemplo: ilusión, pasión y cariño.
Ahora, define 4 comportamientos por palabra que corresponderían a que sucedieran en la práctica.
Por ejemplo: (y me lo invento).
Ilusión:
Que muestre una gran sonrisa cada vez que le propongo algo.
Que los dos queramos pasar mucho tiempo juntos
Que me diga que me quiere muy a menudo.
Que tenga iniciativa constantemente.
Ahora, ve a tu relación actual. ¿Qué parte de tu Teoría estás intentando trasladar a la realidad? ¿Conoces la teoría del otro? ¿Entran en conflicto entre ellas?
Después de esta reflexión, vamos con una alternativa. No sé tu experiencia, pero la mía es que las teorías no funcionan. Generalmente sirven para hartarse, juzgar y tener razón, pero poca conexión con el otro. ¿Qué hacemos entonces?
Vamos a preguntarle a tu corazón qué significa amar. No a tu cabeza. Imagina que tienes 90 años. Ya no te queda mucho por vivir, ¿sabes? Y estás con tu pareja en vuestro aniversario de 50 años juntos. ¿Qué te gustaría que dijese de ti? ¿Qué te gustaría ver si miras para atrás? ¿Qué comportamientos, actitudes, querrías elegir tú de forma voluntaria (y no por una teoría), para haber hecho feliz al otro? Las respuestas a estas preguntas, suelen diferir mucho de las teorías. Yo me encuentro con respuestas del tipo “me gustaría haber sido su apoyo cuando lo ha necesitado”. “Me gustaría haber compartido muchos momentos divertidos”. “Me gustaría haberle ayudado a creer en si mismo/a.”
Quizá, saber amar es olvidarnos de nuestras propias teorías. Preguntarnos qué clase de pareja queremos ser nosotros y dejar de culpar a los demás. Es un gran reto sin duda, pero ese día, de tus 90 años llegará… ¿Quieres construirlo desde ahora?
¿Acaso estar enamorado no es uno de los mejores estados que conoces? ¿Donde todo tu cuerpo vibra y, simplemente, estás feliz? Todo parece posible. Todo fluye. Y es que el amor es lo que realmente nos hace sentir vivos.
Si esto es así para muchos de nosotros, ¿Por qué entonces somos el quinto país europeo con mayor tasa de divorcios? ¿Por qué tenemos la sensación de que nuestras relaciones son tan frágiles?.
