¿Qué factores influyen a la hora de superar y enfrentarse a un trauma psicológico?
¿Alguna vez te has preguntado qué necesitas para estar mejor? Quizás te has planteado por qué será que no logras avanzar, si es por ti mismo, o es en cambio por que la vida y la gente de tu alrededor no te ayudan lo suficiente…
¿Realmente importa tu estilo de personalidad a la hora de protegerte y que puedas superar un evento traumático? ¿O es a cambio el apoyo social lo que permite que puedas avanzar más rápido en el proceso de recuperación? ¿Hay personalidades más resilientes o que presentan una mayor fuerza para superar las adversidades?
La realidad es que ningún individuo puede permanecer inmune tras haber sufrido una traumatización compleja.
Si nos adentramos en las características personales de los individuos, estas juegan un pequeño papel a la hora de protegerse frente a los eventos traumáticos. Aun así, existen ciertas diferencias propias que, aún no existiendo inmunidad completa, diferencian los tipos de consecuencias que sufrirán los individuos, por ejemplo, presentar elevados niveles de sociabilidad, gran percepción de autocontrol con respecto al destino, altas estrategias o herramientas de afrontamiento, lo que se puede resumir en tener un “locus de control interno”.
Además, existen otras variables que median a la hora de desarrollar consecuencias más o menos severas, y estas están relacionadas con la capacidad de soporte que la víctima reciba de su entorno cercano. Un círculo de apoyo dotado de respuestas de comprensión y apoyo mitigan el impacto del evento. En cambio, una respuesta contraría, inundada de daño y hostilidad puede re-traumatizar y hasta agravar los síntomas.
Las víctimas son extremadamente vulnerables, y necesitan volver a confiar en los otros, para volver a establecer una imagen positiva de ellos mismos. Burgess y Holmstrom (1979) demostraron que la cantidad de tiempo necesario que las víctimas necesitaban para recuperarse estaba estrechamente relacionado con la calidad en sus relaciones sociales íntimas.
No es únicamente importante el apoyo que pueden recibir por parte de familiares y amigos, sino también él que puede ofrecer la amplitud de la sociedad. Esta depende, en primer lugar, del reconocimiento del evento traumático por parte de la comunidad, pero también de la acción y lucha que esta pueda iniciar. En muchas ocasiones, las víctimas no tienen únicamente que pelear contra su propio sufrimiento y realidad, sino también contra la “realidad” establecida por la sociedad, aquello que entra dentro de los márgenes de aceptación.
Un clima de aceptación social es necesario, ya que puede evitar que se produzca una nueva traumatización.
En definitiva, es por esto que, aunque consideremos que la personalidad es esencial para que esta pueda avanzar a un estadio de mayor bienestar y calma, lo cierto es que es totalmente indispensable que exista un apoyo seguro que otorgue a la víctima la capacidad de poder, poco a poco, confiar de nuevo en la humanidad. Además, este clima de aceptación y apoyo no debe darse únicamente en los vínculos más cercanos, sino que debe ofrecerse por la sociedad al completo.
Por eso te animamos a que no únicamente contemples de lejos la realidad de la víctima, sino que te unas al cambio y puedas ofrecerle la ayuda que necesita, tanto si es una persona cercana, como si es tomando acción social.
Si en cambio eres tu quien esta en un proceso de curación, te animamos a que te puedas apoyar en otros y pedir ayuda. El proceso es lento y complejo, pero ten en cuenta que no tienes porque estar solo en él. Está bien buscar ayuda, está bien que te acompañen, ayudándote a coger fuerzas cuando tú ya no puedas.
